martes, 29 de diciembre de 2009

Sobre la dialéctica sinagoga-iglesia (3)

Siguiendo con el comentario de las pelotudeces del nazi católico Buela, unas observaciones sobre la siguiente afirmación, desvergonzada, con la que los católicos y los cristianos en general quieren pretenden quitarse de encima sus responsabilidades en la comisión del holocausto:

De modo tal que si los obispos no hablan, en tiempo y forma adecuada, la tensión social que genera el poder omnímodo y total de los judíos sobre la sociedad, el Estado y el pueblo, se corre el riesgo que surja como solución la vía pagana, al estilo nacional socialista, buscando la exterminación de los judíos.

Pues bien, la Iglesia no ha esperado a los paganos para exterminar a los judíos. La Iglesia exterminaba a los judíos ya en la Edad Media y la perpetración del holocausto es inseparable de las doctrinas antisemitas tanto del Vaticano cuanto de Lutero. El genocidio fue perpetrado por los nazis no en tanto que fascistas sino en tanto que cristianos. El fascismo originario no era antisemita, al contrario, apoyó abiertamente al sionismo hasta que la dependencia política italiana del Tercer Reich forzó la promulgación de leyes contra los judíos cuya finalidad no era otra que satisfacer a Berlín.

El nazismo estaba repleto de nazis cristianos, es decir, wagnerianos, y fueron ellos quienes acosaron a los judíos y los sometieron a persecución y muerte ante la mirada indiferente de la Iglesia romana. Al respecto, véase Richard Steigmann-Gall El reich sagrado y Daniel Jonah Goldhagen La Iglesia Católica y el holocausto. Buela es un perfecto mentiroso y propagandista de los pederastas con sotana, también había de ser intelectualmente deshonesto en el tema del exterminio cristiano de los judíos.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Compendio de pelotudeces del nazi-católico Alberto Buela (R. Gordillo)

Vuela, Buela... y piérdete en la Patagonia


Sin entrar a valorar el inmenso favor que se le hace a Buela al intentar comparar sus pelotudeces con el pensamiento de un filósofo serio como Heidegger, transcribimos el siguiente artículo de R. Gordillo, quien realmente resume algunas de las bobadas habituales que caracterizan el discurso catequético y pseudo filosófico del incompetente intelectual Alberto Buela Lamas, licenciado en quilombo:


Estas "joyitas" las saqué de un mensaje reenviado por un colistero que tiene debilidad por este personaje retrógrado. Yo no soy progre, pero no me trago este compendio de imbecilidades paraclericales: Pensar la diferencia entre el bien y el mal (Alberto Buela):



"Los progresistas, aquellos que tienen como método la vanguardia, sostienen como proposición liminar, fundante y asertórica que no debemos pensar la diferencia entre el bien y el mal porque pensar así puede llevarnos a discriminar a alguien. Por supuesto que jamás los progresistas se meten con los judíos si son dueños reales de los mass media y de resortes económicos del país ni con los mafiosos del juego, la prostitución y la droga. No. De eso no se habla. No sea cosa que pierdan sus puestos y ventajas sociales.”


¿Alguna duda acerca del antisemitismo de Buela?


“Es sabido que el consenso no puede servir como fundamento de la legitimidad política de la democracia, porque es el resultado de un acuerdo de partes. Y estos acuerdos de partes de todo tipo (económicos, políticos, culturales, sociales, científicos, tecnológicos) han conducido y pueden conducir, a los más aberrantes resultados.”


Yo pregunto: ¿es sabido por quién? ¿Entonces cuál es el fundamento de la democracia? ¿La "decisión" de los "mejores" (como los Buela y compañía?) como pregonaba el filósofo nazi Carl Schmitt?


“...está mostrando a las claras que en la sociedad secularizada, laica, incrédula y nihilista en que vivimos ya no hay pecadores sino delincuentes.”


Sin duda Buela añora los tiempos en que los delincuentes lavaban sus pecados comprando indulgencias... a la Santa Iglesia Católica:


“Una vez más salta a la luz el totalitarismo laico e iluminista, agnóstico y desacralizado que no considera ni permite el arrepentimiento que redimía al viejo pecador, porque su secularismo ha transformado a éste en delincuente. Y el trato se transforma ahora en brutal, ya que si Dios no existe todo está permitido según afirma Dostoiewski.”


Esta curiosa forma de combatir el delito, "arrepintiéndose", se ha puesto de moda últimamente… total es gratis.


“Nuestras cárceles, invento de la modernidad....”


Las cárceles existían ya en la Edad Media que tanto le gusta a Buela.


“Es que la modernidad produjo un cambio sustancial en la noción del saber y del conocer.”


Felizmente sí, entre otras cosas nos enteramos que la tierra da vueltas alrededor del sol....


“ en la premodernidad el saber era sobre algo o alguien, un saber relativo a objetos, y allí hablaba sobre su bondad o nocividad, su verdad, su utilidad, su peligrosidad, etc. En cambio la modernidad introduce la noción de saber relativo a otro saber, atribuye valor a lo que se sabe, es un saber que describe pero no emite juicios de valor. El saber termina transformándose en información que es sólo ese saber que ‘sabe algo que el otro no sabe’. Este saber no es corrector, no distingue entre lo bueno y lo malo, sino que es simplemente fenomenológico.”


Su ignorancia epistemológica es pavorosa. Su pretensión de introducir un plus axiológico a cualquier conocimiento es aberrante. Así pues una teoría científica no solo tendría que ser evaluada en términos de verdadera o falsa, sino además si es " buena" o "mala"... Eso fue lo que hacían los inquisidores con la teoría copernicana, no se interesaban por saber si era más ajustada a la realidad que la ptolemaica sino si era "buena" o “mala". Justamente es lo que hacen los antievolucionistas, no juzgan su validez sino si es buena o mala. Linda manera de avanzar científicamente:


“El hombre más y más está en busca de un arraigo, un terruño, de un lugar en el mundo para poder ser.”


La inmensa mayoría de las personas lo que buscan es calidad de vida, comer todos los días, tener trabajo seguro, servicios sociales, vivienda, un futuro digno para ellos y sus hijos, no ensoñaciones pseudofacistas. Eso del arraigo, del culto de la tierra es para reaccionarios como Heidegger, Buela y ...Himmler.


Saludos,

R. Gordillo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

El Vaticano ante los abusos sexuales sacerdotales a niños

Documental del 2006 que nos muestra la verdadera identidad del Vaticano: pura hipocresía. Argumentos de Buela: !la Iglesia Católica está siendo atacada y no se defiende! ¿Será culpa de los judíos? Resumen de la filosofía de Buela: cuando los judíos se conviertan al catolicismo y la Iglesia pueda ejercer su magisterio de manera total (como en la Edad Media) se resolverán todos los problemas de la sociedad. La Iglesia, dechado de virtudes, derramará su benéfica influencia sobre los rebaños de pecadores caídos. Pero, !ay! esa Iglesia que debería salvarnos funciona igual una mafia de delincuentes, como evidencian los casos de pederastia. La Iglesia derrama algo más que virtudes, digamos que derrama semen en la boca de los niños y luego silencia el ignominioso hecho amparando a los abusadores con sotana. Por otro lado, el antisemitismo de Buela manifiesta su nazismo solapado cuando sostiene desvergonzadamente que los representantes oficiales de la Argentina no pueden tener cara de moshe (judío). Nos preguntamos: cuando los judíos se conviertan, ¿deberán cambiar también de cara? Buela es un perfecto incompetente filosófico, pero el verdadero problema es moral, las tesis de Buela son literalmente indecentes, además de idiotas y absurdas. No se entiende que una Universidad pueda contar con Buela entre sus profesores o investigadores. Hay que darle una lección de humildad a este pretencioso hinchado de soberbia.




http://www.informador.com.mx/internacional/2011/321940/6/presentan-demanda-contra-vaticano-ante-cpi-por-abusos-sexuales.htm

Presentan demanda contra Vaticano ante CPI por abusos sexuales


El comunicado considera al Papa partícipe de encubrimiento. Demanda incluye al Papa y a tres importantes cardenales. Consideran que funcionarios del Vaticano participaron en encubrimiento generalizado y sistemático de violaciones y crímenes sexuales.


BRUSELAS/LA HAYA (13/SEP/2011).- Una organización de apoyo a víctimas de abusos sexuales de sacerdotes denunció hoy al Vaticano, incluyendo al Papa y a tres importantes cardenales, ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) por cargos de lesa humanidad.


La Red de Supervivientes de Personas Abusadas por Sacerdotes (SNAP) presentó la demanda al considerar que funcionarios del Vaticano participaron en el "encubrimiento generalizado y sistemático de violaciones y crímenes sexuales" contra niños en todo el mundo, según apunta en un comunicado.


Florence Olara, portavoz de la Fiscalía de la CPI, con sede en La Haya, confirmó a Efe que su oficina ha recibido los documentos y que los analizarán igual que hacen con todas las comunicaciones, de forma que se "tomará una decisión a su debido tiempo".


El texto de la demanda cita como personas que "puede considerarse que tienen la mayor responsabilidad" al Papa Benedicto XVI y a los cardenales Tarcisio Bertone (secretario de Estado vaticano), Angelo Sodano (su predecesor) y William Levada (prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe).


La demanda fue presentada por miembros de SNAP de Alemania, Bélgica, Holanda y Estados Unidos.


"Los crímenes cometidos contra decenas de millares de víctimas, la mayoría de ellas niños, siguen siendo ocultados por funcionarios del más alto nivel en el Vaticano", señaló en la nota la abogada Pamela Spees, del Centro de Derechos Constitucionales (CCR, una ONG jurídica estadounidense).


Por ello, Spees dijo que a los responsables "se les ha de enjuiciar de la misma manera como se hace con cualquier otro funcionario culpable de crímenes de lesa humanidad".


Por su parte, la presidenta de SNAP, Barbara Blaine, señaló que las víctimas se están "movilizando en todo el planeta", por lo que invitan a otras personas en situación similar "a que se unan a nuestra acción".


Según la organización de víctimas, la jurisdicción de la CPI establece la violación, la agresión sexual violenta y la tortura como crímenes de lesa humanidad.


Por ello, pide que se investigue al Vaticano por la presunta responsabilidad individual de algunos de sus funcionarios que tenían a su cargo a los autores directos" de los delitos sexuales.


Sería "la primera vez que un tribunal internacional declara su jurisdicción sobre el Vaticano por delitos cometidos por sus representantes en todo el mundo", indica la organización.


SNAP, una entidad creada hace 23 años en Estados Unidos y con casi diez mil miembros, señala que las propias autoridades eclesiásticas de ese país han reconocido que casi seis mil sacerdotes han sido acusados públicamente de abusar sexualmente de niños durante las últimas décadas, y que se calcula que ha habido 100 mil víctimas menores de edad solo en Estados Unidos.


La organización anunció también el inicio hoy de una gira europea que pasará sucesivamente por Amsterdam, Bruselas, Berlín, París, Viena, Londres, Dublín, Varsovia, Madrid y, finalmente, Roma, donde el próximo día 20 tiene previsto un acto ante las puertas del Vaticano.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cuando la filosofía sin rigor conduce a la teoría del absurdo

Fuente:


Lic. Alberto J. Franzoia

Quisiera hacer algunas observaciones a otro de los impresentables discursos, inscriptos en la teoría del absurdo, que suele desarrollar el filósofo Alberto Buela, y que fue enviado recientemente a Reconquista Popular en el formato “respuesta a la crítica de Néstor Gorojovsky”(1). Aclaro ante todo que no lo hago porque me interese demasiado lo que dice, ya que como lo ha demostrado con frecuencia carece de un mínimo de rigor intelectual, tanto al exponer como al debatir. Sin embargo, considero necesario desenmascarar a ciertos figurones que, desafortunadamente, circulan también por el campo nacional generando sólo desprestigio para sus filas y divisiones en la necesaria alianza plebeya que postulamos desde la Izquierda Nacional.

Con respecto a la nueva embestida contra la colectividad judía llevada adelante por Buela, diré que una vez más despide ese tufillo reaccionario que lo caracteriza. Él pretende diferenciar, como corresponde, sionismo de judaísmo. Sin embargo, cada paso que da a continuación no le sirve para otra cosa más que para embarrarse hasta la nuca. Como si ya hubiéramos olvidado aquel lamentable desempeño que tuvo en el programa de AM “El tren” conducido por el compañero Hugo Presman, en el que en medio de una confusión conceptual alarmante manifestó su visceral odio hacia cualquier judío, sea sionista o patriota (de Argentina, claro está), ahora con total desparpajo nos dice en la respuesta enviada a RP:

“El imperialismo es uno y "pecunia non olet = el dinero no tiene olor".

Pero, y acá algo que nos separa, los dueños de ese dinero imperialista son en su inmensa mayoría judíos. Pero como este juicio es políticamente incorrecto y no faltará el estulto que diga "también hay banqueros cristianos"(1 cada 200), es por ello que cualquier enumeración de judíos poderosos está prohibida o peor, es tachada de antiseminta.”  Sinceramente hubiera sido preferible que no aclarase nada porque logró oscurecer aún más. Esta intervención no supera en nada su habitual fobia hacia el judaísmo, como en otras ocasiones lo ha hecho contra el socialismo.

Ahora resulta que el imperialismo es esencialmente judío (religiosamente judío) ¿De dónde sacó sus estadísticas sobre la pertenencia religiosa de los banqueros este señor? ¿Cuenta con algún estudio confiable sobre el tema o se ha limitado a cuantificar apellidos? En el primer caso debería dar cuenta de cuál es el estudio para que todos pudiéramos consultarlo y examinar su rigor. En el segundo caso habría que señalar que resulta absurdo identificar creencias religiosas por el apellido de las personas.

Un judío puede ser también agnóstico, ateo, o converso. Por otra parte, aunque la concediéramos al filósofo la ventaja de aceptar estas confusas simplificaciones de la realidad a las que es tan propenso, debemos recordar que si ha existido una religión fuertemente vinculada al desarrollo del capitalismo esa es el protestantismo, aunque la relación entre los términos sea inversa a la planteada por Max Weber en “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. Por supuesto que también hay muchos judíos religiosos vinculados a la especulación financiera, pero eso no explica nada, por lo menos si intentamos ser serios. Una de las familias argentinas más influyentes por décadas en el terreno de las actividades financieras no es precisamente judía (ni protestante): no sé si recuerdan a Carlos, Alicia y Gregorio Pérez Companc.

Por otra parte, en La Plata tenemos una imagen imborrable de los Trusso, menemistas muy vinculados al Vaticano; y finalmente qué decir del banco Ambrosiano. Pero estos datos aislados sobre banqueros católicos o vinculados con esta religión tampoco sirven para explicar científicamente nada. Sólo podrían ser utilizados con arbitrariedad para justificar ante algunos desinformados un prejuicio subterráneo en el mejor de los casos, o en su defecto plenamente consciente y maliciosamente ocultado. El capitalismo no es explicable por ninguna creencia religiosa sino por el desarrollo progresivo de una determinada estructura económica y social, que desde luego encontrará luego su justificación política e ideológica. De la misma manera que el racismo contra los negros, fue una inmejorable oportunidad para justificar en el plano de las ideas la explotación económica de los esclavos.

Ahora, si cuando Buela dice “judíos” no se refiere a su religión sino a los partidarios de una patria que no es la nuestra, para qué establece la polarización judíos o cristianos: “y no faltará el estulto que diga "también hay banqueros cristianos”. En ese caso lo correcto es establecer una polarización entre nacionalidades, y que yo sepa el cristianismo no es una nación.

Recordemos que Buela tiene la costumbre de escribir tanto sobre lo que sabe como sobre lo que no sabe, pero con la grave dificultad de no distinguir la diferencia. Cuando pretendió exponer sobre el panorama actual de las ciencias sociales en su opúsculo “Teoría del disenso” (año 2004) no hizo más que dejar al descubierto su escaso conocimiento del tema, y para colmo se ofendió porque le exigí en un debate público en Reconquista Popular demostraciones de las insólitas hipótesis planteadas. Como cuando para justificar sus críticas indiferenciadas a toda la izquierda dijo de la nacional:

“El drama de la izquierda nacional fue comprender el fenómeno peronista, sobretodo el Colorado, pero no comprendió, al pueblo peronista. Por eso Ramos pudo ser, convencido, embajador de Menem. Otro. No se pudo sacar de encima, el economicismo, la tara de la izquierda. Otro. Se equivoca con su categoría madre, la de América Latina. H.A. se da cuenta del error cuando ya está cerca de la parca, y así en Qué es el ser nacional, empieza a borrar la categoría y a cuestionarla. Nosotros somos hispano o iberoamericanos no latinoamericanos. Otro. La izquierda nacional siempre ha tenido más caciques que indios. Porque es un nacionalismo de libros y no un nacionalismo encarnado como el peronismo. Le falta pueblo.”

No menos absurdo resultó el intento de explicitar su método “científico”, que por supuesto nunca incluía los pasos necesarios para validar las hipótesis formuladas, con lo cual este eximio “pensador nacional” demostró ignorar la diferencia existente entre lo que es un contexto de producción de hipótesis y otro contexto muy distinto como es el de la verificación. Por esa razón casi nada de lo que afirma resulta comprobable. Su confusión metodológica fue tan grande en aquel debate que confundió inductivismo con materialismo dialéctico:

“Y habla de Jauretche como un inductivista no ortodoxo (se refiere a Franzoia, agregado mío). Si don Arturo y el materialismo dialéctico son como el agua y el aceite.”

Sobran los comentarios para cualquiera que maneje el ABC de los métodos de investigación científica existentes.

Por otra parte, en la continuidad de su reciente y nuevo ataque a la comunidad judía, centra sus dardos, aunque haciéndose el distraído, en el gobierno de Néstor Kirchner “Si hubiera sido mi intención atribuir todos los males de la argentina a los judíos hubiera comenzado a hablar del origen judío de apellido Kirchner o de la pareja judía de ministro Ginés González, de los secretarios de Estado Nun, Fuks, y miles de funcionarios de alto rango. Gobernadores, rectores hereditarios de la Universidad de Buenos Aries, etc.etc.”

En realidad sólo un consumado sectario, antijudío hasta la médula, invierte su tiempo en especulaciones semejantes y, reitero, recurriendo al errático método de pretender detectar pertenencias religiosas según el supuesto origen de los apellidos. Porque cuando Buela se refiere a los judíos lo primero que intenta es demostrar, aunque no lo explicite, que son enemigos, en términos religiosos, de los cristianos. Pero recordemos que Buela en metodología no manya ni jota, a pesar de presentarse como un filósofo que estudió en La Soborna.

Como si esto fuera poco ya sabemos que los humores de Buela, en relación a nuestro gobierno, se modifican rápidamente según sus posibilidades de ejercer o no algún cargo. Hace un tiempo acusó al compañero Recalde de "trepador y ventajero". ¿Por qué? La explicación acertada la dio el compañero Juan Escobar.

“¿Cuál es, pues, el "crimen" por el que Recalde, un abogado laboralista de cuarenta años de trayectoria defendiendo en los estrados judiciales al movimiento obrero, fue calificado de "zorro", "liberal", "coitos interruptus de la política odierna" (sic), "abogadil", etc., etc. En apariencia: el haberse negado a "repartir" (sic) uno de los cuatro cargos que como diputado de la nación le corresponden, entre "varios colaboradores e investigadores" (sic) de la CGT. O sea la ira filosofia platónica y aristotélica fue lanzada
a los cuatro vientos en esta lista y otros medios porque se había negado a darle un "conchabo" a Buela.”

Para completar el decepcionante cuadro nos habla una vez más de su “patriotismo”, pero cuando se refiere a la patria la llama “la patria boba”:

“Lo mío no fue ni siquiera un artículo sino una esquela sobre un hecho puntual que subleva a cualquiera que no tenga adormecido la pertenencia a esta patria boba.”

¡Qué afortunados que somos, tenemos la oportunidad en nuestro foro de leer al “vivo” que nos sacará de la idiotez generalizada! ¿Será una versión autóctona y “nacionalista” de Álvaro Vargas Llosa? No cabe duda que una vez más la visión elitista y reaccionaria de este falso “pensador nacional” se presenta en su más soberbia mediocridad. Este “patriota de Hispanoamérica” es el mismo que ante las amenazas de golpe de Estado en Bolivia, cuyo objetivo eran evitar que el pueblo alcanzara el poder con la conducción de Evo Morales, dijo:

“Los policías del pensamiento único, los buey corneta contemporáneos, nos han hecho creer que la sola mención de la idea de golpe de Estado es totalitaria y dictatorial, cuando es un recurso más que tiene el pueblo en sus manos para desalojar a los gobiernos injusto y opresores."

Nuevamente sobran los comentarios.

Por todo esto quiero dejar plena constancia que de ninguna manera incluyo a Buela como un “compañero de lucha”; de qué lucha estamos hablando. Él y yo (y creo que todo socialista de la IN) luchamos por cosas muy distintas, tema que planteé en extenso en mi artículo “¿Es nacional el nacionalismo de derecha?” .Por lo tanto, y más allá de los espejitos de colores que intente vender en algunos espacios nacionales y populares, no tengo inconveniente en decir, sin temor al error, que para mí no es un compañero del campo nacional y mucho menos popular. Esta actitud que asumo y de la que me hago cargo no es sectaria, más bien todo lo contrario, y lo advierto porque de pronto algún pícaro intenta invertir la carga de la prueba.

La adopto no sólo por convicción personal sino también para no distanciarme precisamente de dónde está la gran mayoría de nuestro pueblo, o lo que es lo mismo, para alejarme de aquellos que lo espantan con teorías absurdas, cargadas de odio y resentimiento. Aquellos que con su práctica y discurso conspiran contra la alianza plebeya que la izquierda nacional proclama y por la cual trabaja a diario. Sé muy bien, por ejemplo, lo que piensan hombres muy cercanos a D´Elía de este tipo de “nacionalistas” de derecha (hace muy poco estuve reunido con uno de los más significativos charlando sobre este tema), y puedo asegurar que prefieren tenerlos bien lejos. Sería bueno, por lo tanto, no perder el tiempo y el crédito político con estos filósofos del absurdo que han sido condenados por nuestro pueblo a cien años de soledad.

En su defecto nuestra teoría y práctica circularán por carriles bien distintos.

La Plata, 5 de mayo de 2007

(1) Respuesta de Alberto Buela a Gorojovsky, foro digital Reconquista Popular, 2 de mayo de 2007

jueves, 1 de octubre de 2009

Sobre la metodología boluda, perdón, bueluda, de Alberto Buela (1)

Dios


Alberto J. Franzoia.

Alguna vez le pregunte a un "famoso filósofo" cuáles eran los pasos del método que él utiliza para sacar conclusiones en el terreno de las ciencias sociales, y no supo explicitarlo. Conste que no pretendí que coincidiera con el método al cual adhiero, tan sólo le pedía algún método reconocido por la comunidad científica, ya que reclamaba para su trabajo el carácter de científico. Pues bien, entonces hay que dar respuestas pertinentes al respecto. La confusión del filósofo era tan grande que llegó mezclar contexto de producción de una hipótesis con el contexto de validación. Sé que esto se está poniendo pesado, pero si no abordamos estas cuestiones terminamos en un infernal guitarreo.

http://www.elortiba.org/foro/viewtopic.php?f=1&t=9681&p=28647&hilit=Alberto+Buela#p28647

Alberto Buela no necesita método, siendo así que es católico y ya conoce la verdad por revelación. Quien no coincida con él simplemente está loco, es un lobbista o... lo que haga falta. En suma, su metodología es la inspiración divina, avalada institucionalmente por la Iglesia católica romana. En próximos posts iré dando ejemplos de cómo funciona la pseudo metodología boluda, perdón, bueluda.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Jerónimo Castilla: "Buela se pelea con todo el mundo"

Jerónimo Castilla a Alberto J. Franzoia (noviembre de 2007):

No tengo el gusto de conocerte, probablemente nos hayamos cruzado en alguna reunión "ecuménica" del pensamiento nacional o cosas por el estilo. Por supuesto será un gusto conocerte personalmente.



No sé si Buela excluye a Goro por cuestiones religiosas, de hecho he presenciado más de una actividad en la que han estado juntos. En fin, si se han peleado es porque Buela se pelea con todo el mundo, en eso creo que el ñato no discrimina. Estoy seguro que si se pelearon fue por "culpa" de Buela. No será el primer ni el último buscaroña que encontraremos en estas lides.


Y creo que reducir la "cuestión judía" a Auschwitz o a una vaga idea "antisemitismo", por decirlo de algún modo, es un poco reduccionista. Es como que no se pueda discutir sobre catolicismo por que existan personas que hablen sobre "la dictadura y la Iglesia".


Las cuestiones "judías" y "católicas" existen. Son cuestiones teológicas que tienen su derivación en la política. Si estuviéramos discutiendo sobre la política de liberación de Birmania, entiendo que sería bastante rebuscado, pero en Argentina (y en occidente en general) no.


Se trata de discutir sobre una concepción cristiana o "judaizada" de la liberación o del campo nacional y popular, como decía Fermín Chávez. Dándole la importancia que el asunto amerita. Nadie plantea un pogromo o un guetto.


Y te puedo asegurar que prefiero mil veces que esas cuestiones las diluciden Buela y Gorojovsky y no Caponnetto y Verbitsky. Porque de todas maneras, y sin caer en una especie de sentimentalismo pacifista y componedor vulgar, tanto Buela como Gorojovsky tienen mucho para decir respecto a la conformación de un campo nacional y popular.




Saludos cordiales

sábado, 30 de mayo de 2009

El filósofo y su judeofobia (2)

Alberto Buela, hace muchos años


Respuesta a Alberto Buela (Alberto J. Franzoia)

Como no espero que el filósofo Alberto Buela publique ni comente que además del mensaje, con descalificante dedicatoria incluida, que me envió a mi dirección de correo personal y que ha sido publicado en este foro, hubo una breve respuesta que le hice llegar, se las doy conocer a todos aquellos que puedan tener algún interés en ella. Sólo deseo aclarar que en dicha respuesta dejo de lado algunas diferencias de cosmovisión para ir a los necesarios acuerdos que hacen a la construcción del frente nacional, popular y democrático. Quiero decir con esto que, por ejemplo, no soy partidario de las visiones metafísicas ni creo en la idealizada armonización entre clases sociales con intereses objetivamente antagónicos, pero acuerdo sin discusiones con la siguiente frase expresada por Buela: "pluraridad participativa que se encuentra allí donde la base de la pluralidad incluye la unidad." Ahora bien, esta frase sin embargo no guarda ninguna relación con la teoría concreta que Buela expone con frecuencia, en distintos medios de comunicación, sobre los judíos en Argentina. M i respuesta completa a quien se define como un arkegueta, sin agregar ni quitar nada fue la siguiente:



Señor Buela, le agradezco la dedicatoria, estoy emocionado hasta las lágrimas. Pero no se equivoque estimado filósofo, mi artículo (1) fue una crítica a algunos de sus últimos artículos y entrevistas en los que abordó un tema específico, a saber: la cuestión judía en Argentina.


Usted me envía un trabajo de filosofía general con el que no tengo diferencias sustanciales. Tanto es así que con la frase final de su texto, por ejemplo, acuerdo plenamente:


"De modo tal que la idea metafísica de participación nos enseña a través de su interpretación metapolítica que la auténtica apertura política nace del concepto de pluraridad participativa que se encuentra allí donde la base de la pluralidad incluye la unidad."


Ahora, qué tiene que ver este planteo abstracto con el abordaje concreto que hace del judaísmo. En ningún momento usted hace referencia en las intervenciones que analicé (y no como producto de haber leído ninguna contratapa sino todo su discurso) a la integración de los judíos nacionales, que son muchos, en ese todo inclusivo que es un proyecto nacional y popular para la liberación. Por el contrario su teoría apunta a la discriminación de aquello que considera distinto. Si tomamos al pie de la letra lo que allí dice, casos concretos como Gorojovsky, Isman o Presman, deben ser excluidos porque nada tienen que ver con nosotros. Si me equivoco le pido que me envié momentos de esas intervenciones en las que, este descerebrado platense, seguramente no logró comprender su apuesta a la integración de los judíos como una de las manifestaciones diversas de la unidad nacional.


En realidad lo único que puedo entender de la confrontación entre sus intervenciones específicas sobre los judíos y ese artículo general con el cual acuerdo es un desfase muy fuerte entre los distintos niveles teóricos que utiliza. La teoría general y la regional difieren sustancialmente.


Volviendo a lo que le dije en nuestro debate de 2004 observo que con frecuencia no se pone de acuerdo con usted mismo. Pero bueno, lo digo desde mi humilde condición de platense.


Lo saludo cordialmente y gracias por enviarme su artículo.


Alberto J. Franzoia (desde el zoológico de La Plata, ja...ja...)


(1) EL FILÓSOFO Y SU JUDEOFOBIA, publicado en diversos espacios digitales durante noviembre de 2007. Entre otros: Revista digital Redacción Popular, Avizora Periodismo de Avanzada, y los foros de debate Reconquista Popular y Conozcamos la historia


Le agradezco a Jerónimo que contemple la posibilidad de que yo tenga algún lugarcito asegurado en el cenáculo de la cultura, es demasiado generoso de su parte. En realidad consideré muy necesario publicar en El Ortiba una respuesta al filósofo Buela, porque tiene la costumbre no sólo de insistir hasta el cansancio con esta teoría regional cargada de fobias sobre la cuestión judía en Argentina, sino que además tiene la pésima costumbre de descalificar a sus interlocutores. Bueno sería por lo tanto, que este señor que intenta producir filosofía dentro de la cultura iberoamérica (no utilizo el concepto latinoamerica porque eso daría lugar para otro furioso ataque de su parte) aprenda a debatir ideas con argumentos, no pretendiendo inhabilitar al ocasional crítico de su teoría con descalificaciones tan lamentables como falaces.



Con Buela he tenido un extenso y duro debate en el foro Reconquista Popular hace tres años, y ocurrió exactamente lo mismo: lanza conceptos poco claros, no los define por lo que son utilizados con arbitrariedad, es cíclico ya que vuelve siempre sobre lo mismo y como no acepta ninguna crítica ya que es esencialmente elitista y autoritario, no logra avanzar un paso en su “filosofía”. El artículo que, para colmo, apareció en Tapa de El Ortiga, está directamente dedicado a mi persona en términos peyorativo porque el señor Buela no logró gestar un solo argumento sólido para rebatir la crítica concreta que le formulé en mi artículo: El filósofo y su judeofobia.


Él presenta un análisis ubicado en el campo de la teoría general con cuya tesis central acuerdo plenamente: desarrollar la pluralidad en el seno de la unidad. Y acuerdo con ello porque un país dependiente dentro del sistema capitalista mundial, sólo puede liberarse gestando un proyecto de unidad nacional y popular en el seno del cual se desarrollen cada uno de los sectores que lo integran. Obviamente sólo quedan excluidos los aliados internos del imperialismo, cuyo exponente principal es la oligarquía. Ahora bien, el problema es que cuando Buela baja al nivel de a teoría concreta o regional, comienza a discriminar, y una de las víctimas centrales de dicha discriminación son los judíos. Por lo tanto el artículo que este señor ha publicado en Tapa de El Ortiba, no expresa lo que realmente piensa cuando se trata de gestar proyectos político-culturales concretos. No es que yo no lo entiendo porque los platenses, según Buela, estamos incapacitados para la actividad intelectual (otra de sus lamentables teorías concretas que postula), sino porque lo que expresa en un nivel de alta abstracción es contrario a lo que dice cuando baja a la realidad Argentina del siglo XXI. Pero eso no lo puede ocultar tratando de matar al mensajero.


Alberto J. Franzoia

lunes, 11 de mayo de 2009

El filósofo y su judeofobia

Alberto J. Franzoia

















Transcribimos íntegro el artículo de Alberto J. Franzoia (2007), cuyos conclusiones compartimos al cien por cien. Representan una síntesis excelente del abominable abuso antisemita que Buela hace de la filosofía:

http://www.avizora.com/atajo/colaboradores/textos_alberto_franzoia/0007_filosofo_judeofobia.htm


Tiempo atrás un compañero me envió otro de los insólitos artículos del filósofo autóctono Alberto Buela, el mismo que gusta definirse como arkegueta (un eterno comenzante). Después de leer su contenido debo explicitar plena coincidencia con la aclaración auto referencial; no cabe ninguna duda de que Buela está instalado en un lugar del que no logra salir, del que parece no tener retorno. Da vueltas sobre preconceptos rígidos que, más allá del paso del tiempo, no le permiten avanzar un solo paso. ¿Cuál es el tema más recurrente de este pensador cíclico? El “problema” judío, problema sobre todo para él que es esencialmente un cruzado contra estos individuos con “cara de moishe”. Porque si bien nuestro filósofo tiene una cosmovisión aristotélica-hegeliana, como deja constancia su biógrafa Nora Pavón, con fuertes influencias de la derecha francesa (Julien Freund) como agrega quien escribe, no cabe ninguna duda que la lucha contra el judaísmo constituye un elemento central y reiterado hasta el cansancio en su discurso.

Si recurrimos a expresiones suyas tan sólo de los dos últimos años se observa una insistencia por momentos irritante. En el 2006 se quejó en el programa radial El tren, que conducen Hugo Presman y GerardoYomal, porque el gobierno de Néstor Kirchner enviaba a Bolivia representantes gubernamentales con cara poco recomendable (se refería al dirigente piquetero Rudnik). Cuando los entrevistadores le pidieron mayores precisiones con respecto a qué tipo de cara era esa, el filósofo se despachó con un planteo surrealista: “¡Y, cara de moishe! ¿A quién va a convencer? ¿A quién va a convencer? ¿O lo va a convencer a los bolivianos? Que venga, que venga un tipo con una cara que no es una cara argentina” (sic).

Cuando se le preguntó cuál es una cara argentina, sin inmutarse respondió:

“La cara argentina es la cara de Gardel. Para poner un caso" (sic).

Más tarde, durante mayo de 2007, en un texto publicado en el foro digital Reconquista Popular, para demostrar su “falta de prejuicios” sobre el tema, curiosamente se dedicó a enumerar los apellidos judíos presentes en el gobierno de Néstor Kirchner:

“Si hubiera sido mi intención atribuir todos los males de la Argentina a los judíos hubiera comenzado a hablar del origen judío del apellido Kirchner o de la pareja judía del ministro Ginés González, de los secretarios de Estado Nun, Fuks, y miles de funcionarios de alto rango. Gobernadores, rectores hereditarios de la Universidad de Buenos Aires, etc., etc.”

Pero, para que no quedaran dudas sobre su particular “filosofía”, los señala como los principales responsables del imperialismo financiero: “El imperialismo es uno y "pecunia non olet = el dinero no tiene olor". Pero, y acá algo que nos separa, los dueños de ese dinero imperialista, son en su inmensa mayoría judíos. Pero como este juicio es políticamente incorrecto y no faltará el estulto que diga "también hay banqueros cristianos" (1 cada 200), es por ello que cualquier enumeración de judíos poderosos está prohibida o peor, es tachada de antisemita.”


Hace unos meses Buela publicó otro artículo (1) en el que nos informa sobre la abundancia de filósofos judíos que se citan entre sí y pretenden copar el panorama filosófico nacional a partir de un “pensamiento inconsistente”. Ya que el judío, según él, por su propia condición está inhabilitado para gestar un pensamiento:

“Porque en el orden filosófico y específicamente metafísico es un pensamiento absolutamente inconsistente. Porque la inteligencia judía es un pensamiento residual de Oriente en donde la idea de vacío prima sobre la de ser…”

En realidad esta nueva cruzada del filósofo de la pampa húmeda nace como una crítica a la revista Ñ de Clarín. Lo interesante es que primero aclara que nunca lee ese diario porque siguiendo a su maestro, el nacionalista José Luís Torres, lo considera “el diario de la coima”, pero luego pasa a analizar un número de Ñ que llegó “casualmente” a sus manos:

“Hoy cayó en mis manos la revista de cultura de Clarín “Ñ” en donde, prácticamente, en cada pagina escribe un “ruso” sea Rabinovich, Feindemberg, Fiterman, Schvartz, Kolesnicov, Tabarovsky, Manguel, para terminar en la contratapa con la propaganda de libros de Sergio Chejfec, Mauricio Rosencof y de la hija de León Dujovne, aquel que en la facultad de filosofía peroró hasta su jubilación de su correligionario Baruch Spinoza.”

“A su vez el corazón de la revista está dado por dos artículos de José Feinmann y León Rozitchner sobre filosofía y filósofos argentinos. Y ¿qué dicen estos dos “paisanos”?. Feinmann, además de hablar de él y de sus cursos de Página 12, cita a tres de sus correligionarios, Klimovsky, Güner y el propio Rozitchner. Mientras que León, a boca de jarro, viene a sostener que salvo él, no hay filósofos en Argentina. Y si cita alguno que no es “moishe”, es por la táctica del zorro en el monte, que con la cola borra sus huellas”.

Cuando el filósofo Buela dice “judío” (según sus reiteradas alusiones al tema) se refiere en confuso análisis a una extraña creencia religiosa, y en ocasiones también parece hacer referencia a gente de otra nacionalidad por más que hayan nacido en nuestra patria. En realidad con Buela nunca se sabe exactamente de qué está hablando, porque en sucesivos escritos puede modificar el contenido de los conceptos que usa, e inclusive esa ambigüedad a veces llega a detectarse en un mismo texto. Es decir, la precisión conceptual que debe caracterizar a todo discurso científico del siglo XXI en el campo social e histórico, o en el terreno filosófico, no es uno de sus fuertes. Esto pude comprobarlo en mi debate primero (y único) con Buela en Reconquista Popular durante 2004, cuando detecté que pelea por instalar conceptos que jamás define.

Cuando intenta descalificar a veces sutilmente (si se levanta inspirado) y otras groseramente (la mayor parte de las veces) a los judíos, incurre en la misma falta de rigor: nunca se sabe bien porqué los descalifica en términos filosóficos (o en otras cuestiones), ya que no alcanza con decir:

“…en el orden filosófico y específicamente metafísico es un pensamiento absolutamente inconsistente. Porque la inteligencia judía es un pensamiento residual de Oriente en donde la idea de vacío prima sobre la de ser”.

Si se examina el contenido de esta frase, que Buela pretende presentar como explicativa, sólo se puede inferir que sus críticas tienen mucho más que ver con sus más irracionales fobias que con un discurso concienzudamente elaborado y con un mínimo de datos disponibles para validarlo. Y para no dejar dudas agrega:

“El asunto de los filósofos o pseudo filósofos de origen judío aparece a partir de los años 1960, en el tiempo que aparece también el tema del Holocausto, y ahí surgen como repollos cientos de “filósofos judíos”. Comienzan los diarios y revistas especializadas a plagarse con los nombres de Buber, Arendt, Lévi-Strauss, Levinas, Derrida, Henri-Lévy, Finkielkraut, Gluckman, Agamben, Lowith y tantísimos otros. En Argentina para no ser menos tenemos filósofos “paisanos” a rolete. Y así al voleo nos encontramos con sedicentes “filósofos” como los mencionados Dujovne y Klimosky, luego vinieron los Barilko, Jalfen, Madanes, Heller, Picoti, Kovaldoff, Abraham y hoy Feinmann.”

Sobre el tema cabe recordar que Buela no sólo no utiliza la definición del judaísmo como pueblo-clase (que en lo personal considero la definición más seria) tal como fue expuesta por Abraham León (2), sino que además de sus habituales imprecisiones, parece adherir a la simplificación carente de rigor de identificar judío con una religión (anticristiana) y/o nacionalidad (antiargentina). Pero cualquiera de las dos acepciones es definitivamente incorrecta. Ya hemos expresado en otro artículo que muchos integrantes del pueblo judío no son religiosos, otros lo son pero se manifiestan simplemente como no cristianos (o no creyentes en Cristo), y hasta los hay conversos. Además, como resulta obvio, una gran parte de ellos no nació ni vive en Israel. Claro que hay judíos que nacidos o residiendo fuera de dicho país se identifican plenamente con él y con su política expansiva aliada de EE.UU., pero en ese caso estamos en presencia de sionistas, categoría que incluye a una fracción del pueblo-clase judío pero no a la totalidad o mayoría de sus miembros. Por eso los argentinos (como en cualquier otro país) tenemos muchos amigos, compañeros o conocidos que son judíos plenamente identificados con nuestra tierra, algunos religiosos y otros no. ¿Dónde ubica Buela a esa inmensa cantidad de sujetos que son judíos? Finalmente, si se refiere al judaísmo como sinónimo de raza (cuando hace referencia a sus caras), también está equivocado, ya que desde sus orígenes lo que dio es una gran mezcla de grupos étnicos que de ninguna manera certifican el carácter correcto de la aplicación de dicha categoría.

Claro que las contradicciones del pensador de la pampa húmeda no terminan allí. Cuando en julio de 2007 se realizó el Congreso de Filosofía en San Juan, no perdió la oportunidad para lanzar una dura crítica que olía, como suele ser habitual en Buela, a un poco disimulado resentimiento por no haber ocupando un lugar destacado como organizador o disertante en el mismo. En aquella oportunidad, después de algunas chicanas, se refirió en definitiva con una buena opinión a Feinmann: “No concurrió José Pablo Feinmann que es hoy por hoy la voz de la filosofía argentina, sea por su manifiesto kirchnerismo, por su leído curso dominguero de filosofía en el diario Página 12, sea por méritos propios, que los tiene.”

Poco tiempo después (en el artículo sobre “Ñ”) cuando se trata de descalificar en masa a los filósofos de origen judío no duda en incluir al mismo que antes había rescatado por sus méritos. ¿En qué quedamos?

En definitiva, una vez más asistimos al espectáculo impresentable de un filósofo que, como tantas otras veces, se da el lujo de atacar a sus colegas (3) sin acreditar ningún tipo de méritos propios como para desembocar en semejante soberbia, pero con el agravante de que en esta ocasión los colegas son descalificados por sus orígenes judíos. Más lamentable aún resulta que este pensamiento primitivo, cargado de fobias, pretenda ser presentado como la quinta esencia de la nacionalidad argentina, cuando sólo tiene que ver con una versión reciclada del oscurantismo de grupos nacionalistas de derecha (fuertemente influenciados por pensadores europeos), que en su reiterado aislamiento respecto de nuestro pueblo pretenden interpretar o expresar su supuesta “esencia inmutable” desde una perspectiva elitista y prejuiciosa. Una vez más este filósofo “patriota” que recorre con frecuencia espacios alternativos, da una imagen equívoca tanto de la filosofía como del pensamiento autóctono. Pienso entonces que no le hacemos ningún favor a la necesaria unidad nacional para enfrentar al imperialismo y sus aliados internos, estimulando este tipo de discursos que sólo sirven para fragmentar a nuestro pueblo desde perspectivas sectarias. De allí que las diferencias filosóficas y teóricas presentes en los aportes de cada filósofo o cientista social de nuestra América Latina, deben ser evaluadas a la luz de la utilidad concreta incorporada a un proyecto y práctica para la liberación nacional y social.

La Plata, noviembre de 2007

(1) Publicado durante 2007 en www.politicaydesarrollo.com.ar

(2) Abraham León, La Conception Materialiste de la Question Juive, EDI, Paris, 1980

(3) Con respecto a sus colegas platenses dijo en el debate que sostuvimos en 2004 con la manifiesta intención de descalificar mis observaciones: “En una palabra, La Plata no ha dado nada, en orden al pensamiento, a la especulación intelectual, y si ha dado algo, tienen o adquirieron en La Plata taras irreductibles. Ameghino, un mamarracho como científico. Agoglia, que lo juzgue la izquierda. Pucciarelli, una nada filosófica. Disandro, un orate filológico. Korn, no era de La Plata.“

lunes, 4 de mayo de 2009

La dialéctica sinagoga-iglesia (2)

Existe una manera de distinguir un discurso antisemita de un discurso de simple crítica del judaísmo. La crítica del judaísmo como fenómeno cultural es tan legítima como cualquier otra crítica del mismo tipo. Su objeto son unos valores, unas formas de vida incluso, no un grupo concreto de personas como tales. La crítica del judaísmo puede ser durísima, pero no incurre necesariamente en una difamación racista. Es sabido que Nietzsche criticaba la cultura alemana de su tiempo. Nadie le calificará de germanófobo. El antisemitismo es otra cosa. No se refiere a valores o instituciones sino a personas demonizadas. El objeto de su discurso son individuos concretos en calidad de elementos de un conjunto definido por la etnia. El antisemtita no ataca al "sionismo", al "nacionalismo judío de extrema derecha" o incluso al "judaísmo" o a la "religión judía" (Shahak), sino a "los judíos", es decir, a sujetos físicos de derecho. Y el antisemitismo es, en segundo lugar, siempre difamatorio.  Ciertamente, la extrema derecha judía tiende a meter en el saco del antisemitismo toda forma de crítica al judaísmo, pero esta evidente manipulación propagandística no puede ser instrumentalizada, como hace Buela, para exonerar un tipo de discurso claramente antisemita afirmando que "los judíos" califican de antisemita toda crítica. Esta afirmación constituye, a su vez, un bulo antisemita.

Dicho esto, preguntémonos: el panfleto (no merece otro nombre) de Buela A propósito de la dialéctica sinagoga-iglesia, ¿es antisemita? Sin duda. Buela afirma que "los judíos" son los causantes de todos los males de nuestra sociedad y que sólo pueden dejar de serlo forzándoselos a la conversión. En caso contrario (amenaza) se corre el riesgo de tener que recurrir al exterminio, que Buela endosa a los nazis, supuestamente paganos, aunque los paganos rara vez se dedicaron a exterminar judíos, a diferencia de los papistas y de los cristianos, y aunque, además, el nazismo se declarara a su vez públicamente seguidor de Cristo y se nutriera de millones de católicos, así como de evangélicos antisemitas adoctrinados por Lutero en el odio al "judío".

El escrito de Buela es antisemita: (1) porque el objeto de la crítica no son unos valores e instituciones, sino unas personas concretas; (2) porque aquí no hay siquiera crítica razonada, ni esfuerzo de fundamentar, sino difamación pura y simple.

Decir que "los judíos" son los causantes de la corrupción y la decadencia de nuestra sociedad es una afirmación de hecho que debería poder verificarse, pero en realidad no puede serlo puesto que, por principio, "decadencia" es un término problemático que queda indefinido en el texto. ¿Se refiere a que los judíos cometen o inducen a cometer de alguna manera todos los delitos que acontecen en las sociedades occidentales? !Se trata, no hace falta comprobarlo, de una auténtica calumnia! Buela no puede "conocer" eso y el simple sentido común dicta que aunque algunos judíos puedan cometer delitos, también los cometen los gentiles. Basta consultar las estadísticas. ¿A qué se refiere pues Buela con "la decadencia"? ¿Al rechazo de las normas culturales católicas? Pues, ciertamente, si eso fuera decadencia, entonces la Grecia de Platón era ya decadente, y lo eran la China, Egipto, la India... Todas las civilizaciones no cristianas serían decadentes, sin necesidad de albergar "judíos" en su seno. En fin, las afirmaciones de Buela se desmoronan al soplo del más liviano examen.

Pero ya en el artículo de Buela tendría éste, si no fuera un pseudo filósofo al que los ultraderechistas de l'Action Française -Boutang- le regalaron el título en la Sorbona, motivo para la reflexión. Porque lo propio de Buela es que no reflexiona. NO PIENSA NUNCA. Emite gruesas afirmaciones ex cathedra, a cual más discutible o directamente más absurda. Como acostumbran a hacer los católicos y los cristianos en general cuando se meten en materia científica, ellos conocen ya la verdad de antemano, por revelación, y todo lo que no coincida con el dogma "saben" que es falso. No sienten el deber intelectual de tener que demostrar nada. El insulto o la descalificación del infiel sustituyen al argumento.

Ahora bien, esto les lleva a cometer las más flagrantes incongruencias lógicas, como es el caso. Buela sostiene que todo el mal viene de los judíos, que sólo la conversión de los judíos al catolicismo (¿por qué no a la religión evangélica?) nos librará de la decadencia. En suma, la institución eclesiástica sería el factor moralmente regenerador de occidente, de lo que se desprende que en la iglesia no podremos encontrar otra cosa que una inmensa reserva de virtudes éticas dispuestas a derramarse sobre la sociedad en el momento en que los "perversos" judíos se conviertan y dejen de envenenarla. No obstante, la pederastia masiva de los sacerdotes católicos demuestra exactamente lo contrario. Se derrama algo, sí: semen en la boca de un niño. Si existe una forma de "decadencia" es el abuso sexual de menores por parte de adultos, algo tan infamante que despierta el más radical rechazo por parte de la sociedad. La pregunta es: ¿son judíos quienes cometen tales abusos? ¿No son, más bien, hombres de la iglesia y nada menos que su élite, los sacerdotes? Evidentemente, en toda institución puede haber personas que -como casos aislados- cometan transgresiones y no por ello la institución misma deberá quedar desacreditada. Pero cuando nos topamos con cifras de hasta 4500 sacerdotes católicos norteamericanos implicados en casos de pederastia y con una voluntad probada, por parte del Vaticano, de ocultar dichos escándalos aunque fuera a costa de ignorar a las víctimas, niños indefensos, la afirmación de Buela de que la conversión de los judíos nos librará de todo mal suena literalmente vomitiva, repugnante, indigna de un "pensador"...

Buela debería explicar estas contradicciones en su artículo. Debería salir al paso de evidencias que cualquier lector con una cultura media podría objetarle. Pero Buela ni siquiera se molesta, a pesar del título de su artículo, en entrar en una reflexión dialéctica sobre cualquiera que sea el tema de su texto. Nada más antidialéctico que su prosa. No hay más que tesis (=dogma), pero de la antítesis nunca más se supo. Buela se limita, sin ningún fundamento, a (ab)usar del nombre de la filosofía para difamar a "los judíos", pero nada hay de filosófico en su penoso redactado repleto de faltas de ortografía. El opúsculo es un simple libelo antisemita. Nada más. Las personas que consideran a Buela un "investigador" deberían empezar a replanteárselo. Buela podría resultar a la postre un perturbado mental, las conclusiones que saca de premisas ellas mismas insostenibles no dicen nada bueno sobre el funcionamiento de su mente, pero a la espera de un dictamen psiquiátrico, lo cierto es que los escritos de Buela sobre los judíos son de juzgado de guardia. Si alguien dijera que los españoles somos los causantes de todos los males del mundo, de su decadencia, etc., yo llevaría al injuriador ante los tribunales. No parece que "los judíos", tan malvados y tan poderosos según Buela, le hayan interpuesto una querella criminal por las afirmaciones que vierte en el citado escrito, patentemente calumnioso a mi entender. Valga este simple hecho a modo de refutación del delirio paranoico de un católico medieval que parece seguir viviendo en el mundo de las brujas.

Buela no es un filósofo. Será otra cosa (me reservo para mis adentros el epíteto que se merece este individuo), pero en cualquier caso no, nunca jamás, un filósofo.

sábado, 18 de abril de 2009

La dialéctica sinagoga-iglesia (1)

Alberto Buela: "Antes que nada declaro, por temor a la policía del pensamiento que se ejerce sin tapujos en todos 'los medios de confusión', que no soy pederasta ni pedófilo, me encantan las mujeres".












"DICIENDO COSAS HORRIBLES CONTRA EL PAPA" (Buela)

Este artículo de Buela, que reproducimos incluso con sus faltas de ortografía, empieza planteando un tema, el de la pederastia en la Iglesia católica, sobre el que en vano esperamos una respuesta. Buela adelanta que para justificar su opinión al respecto tiene que explicar previamente cuál ha sido el desarrollo de la institución vaticana contemporánea. Lo hace, aclarando incluso que a él le gustan las mujeres (no se entiende el motivo de esta puntualización), pero el artículo termina sin que Buela diga una sola palabra más sobre la pedofilia esclesial. En suma, como artículo, un auténtico desastre desde el punto de vista del redactado y la organización.


Pero lo peor de todo es la tesis de fondo que expone tras olvidarse de que la cosa iba de pedófilos con sotana. Se nota que a Buela "se le va la olla" y salta a la buena de dios de un asunto a otro, según le brotan las ideas de la mente; no obstante, sus obsesiones quedan objetivadas en el texto. En efecto, según Buela, todos los problemas de la modernidad son el resultado de que la iglesia haya abandonado su añeja oposición a la sinagoga. En una palabra, que si los judíos, acosados otra vez como antaño, se convirtieran por la fuerza al catolicismo, dichos problemas se resolverían de forma inmediata. Las cuestiones económicas, ecológicas, sociales, etcétera, que aquejan al hombre de las sociedades industriales, son obra de "los judíos". Ellos, en persona, a título individual y a la postre como grupo, son los causantes. ¿También Pappé, Chomsky, Finkelstein, Bauman, Brenner y tantos otros?

Argumento de Buela: en el momento en que los judíos dejen de serlo y se conviertan en católicos, así, por arte de magia, las empresas dejarán también de contaminar, los empresarios de explotar a los trabajadores, los países poderosos de invadir a los más débiles, etc. Esta tesis delirante implica un criterio de falsación, a saber: que cuando la iglesia mantenía su dialéctica con la sinagoga (léase: cuando perseguía a los judíos, los asesinaba, los expulsaba, los encerraba en guetos, etc.), el mundo debía de ser un verdadero paraíso. La Edad Media como modelo. En ese universo católico de la inquisición, los pobres no eran explotados, ni existían guerras, ni los papas y los obispos fornicaban como verdaderos cerdos... !Qué va! El motivo de tan acreditada pureza y perfección es que el Vaticano mantenía a los judíos, culpables de la muerte de Cristo, bien a raya, estigmatizados. Tiranos católicos, explotadores eclesiásticos, viciosos con crucifijo, todo eso no ha existido jamás... Y si existió, fue sólo por la perversa influencia hebrea que traspasaba los muros del encierro hebreo, se supone. En suma, "los judíos", el diablo. Primera entrega del "pensador" Buela. Sinceramente, de la "hipótesis" de Buela sólo se desprende una cosa: que Buela, además de un antisemita furibundo e irracional, es un auténtico incompetente filosófico.


A PROPÓSITO DE LA DIALÉCTICA SINAGOGA-IGLESIA


http://www.tsunamipolitico.com/dialectica004.htm



por Alberto Buela (*)


En estos días escribí un breve artículo sobre la campaña internacional mass mediática contra la Iglesia católica y el Papa por el tema del abuso de niños por parte de los curas. Y recibí tres tipos de respuestas: a) de aquellos, los más, que nos han felicitado y compartido el criterio b) de los anticatólicos furibundos diciendo cosas horribles contra el Papa, la Iglesia y uno mismo y c) la de los progresistas que están en el gobierno, que me acusan de escribir para los curas Baseotto o von Wernich, con lo cual muestran que no entienden nada de nada, menos aun del tema Iglesia, y que su vuelo es de cabotaje, todo se reduce a política interna. Lo que explica su fracaso rotundo en política internacional.


Antes que nada declaro, por temor a la policía del pensamiento que se ejerce sin tapujos en todos “los medios de confusión”, que no soy pederasta ni pedófilo, me encantan las mujeres, y estoy totalmente en contra y condeno abiertamente que “un solo cura abuse de un solo niño”, pero el objetivo de mi artículo no fue ocuparme de la defensa de los niños abusados sino intentar explicar el por qué de la agresión desmedida que viene soportando la Iglesia por este tema y, sobre todo, su falta de reacción.


Lo hago desde un punto de vista profano pues no soy “hombre de la Iglesia ”, no soy un profesional del catolicismo, ni siquiera me siento un laico (1), en el mejor de los casos, un católico amateur. Y por lo tanto tengo todas las limitaciones y taras de un hombre del pueblo (2), un Juan Nadie, que observa que la Iglesia no ofrece ninguna resistencia ni tiene ninguna reacción.


Para fundamentar mi parecer tendría que exponer sucintamente mi opinión acerca del actuar histórico de la Iglesia en este último medio siglo y para ello me remito a lo que escribí hace unos diez años como respuesta a mi amigo Methol Ferré (3) cuando participamos juntos en el Fogón de la Utopía organizado por Vicente Joga en Formosa.


“Si bien el tema que me han propuesto desarrollar en este fogón es "la visión peronista del hombre y la economía", permítanme que me extienda por espacio de quince minutos tratando de ofrecer una visión profana del Concilio Vaticano II, como respuesta a la visión sub specie aeternitatis plena de optimismo eclesial que nos acaba de dar Methol Ferré.


Y decimos visión profana porque no somos nosotros lo que se llama "hombres de iglesia" y entonces estamos libres de ciertas ataduras y pruritos de conciencia.


La Iglesia , según nuestra visión profana, siempre ha trabajado sobre la base de lo que existe (Pío XII) de ahí su adaptación a los tiempos. Tomemos como punto de partida, para no remontarnos hasta el fondo de la historia eclesiástica, la segunda guerra mundial, para mostrar lo que queremos decir.


En el año l931 la iglesia saca una encíclica denominada Quadragessimo anno, con motivo de los cuarenta años de la Rerun Novarum , donde propone la organización corporativa de la economía como lo hacía mutatis mutandi el fascismo de la época.


Durante la guerra se aleja rápidamente del Reich alemán y condena al comunismo como intrínsecamente perverso abriéndole una amplia carta de crédito a la sociedad industrial capitalista. En el ínterin crea la Acción Católica , con aspirantes, juniors y seniors y adopta el scoutismo, con lobatos, scouts y rangers, instrumentos con los que comienza a trabajar a nivel social.


Finalizada la gran guerra a través de Luigi Struzo crea la Democracia Cristiana contando con el apoyo de Jacques Maritain, entonces el más renombrado filósofo católico. Y triunfa en los países vencidos de Europa con Adenauer en Alemania y De Gaspari en Italia. En nuestra América, sólo en el Chile de Frei padre, el famoso Kerensky chileno. Todo ello es muy poco logro para semejante esfuerzo.


La democracia cristiana fracasa en nuestros países de América allá donde existen movimientos nacionales y populares, porque tanto ella como la Acción Católica o el scoutismo son una fábrica de "gorilas". Esto es, actitud contraria a todo lo que huela a desorden popular y cordialista como es el caso de los movimientos de masas.


En Argentina estaba el peronismo, en Brasil el varguismo, en Bolivia el MNR, en Colombia el gaitanismo, en Ecuador el velazacoibarrismo, en Venezuela el perezgimenismo, etc., etc.


A ello hay que sumarle la no-participación de la Iglesia en los procesos de descolonización africana, a fines de los años 50 y principio de los 60. Con lo que pierde protagonismo en África en desmedro de una evangelización incipiente que habían comenzado. Dejó a los pueblos africanos abandonados a su suerte mientras se entretenía en problemas de alcoba de los episcopados francés, holandés, alemán e italiano. El Vaticano II no fue más que una disputa entre los episcopados centro europeos, sobre todo de Francia y Alemania. América, Asia, África y Oceanía no cortaron ni pincharon.


La connivencia con las potencias coloniales hace que hoy el continente negro sea casi todo musulmán. Así repitió en África el mismo error cometido un siglo y medio atrás en Hispanoamérica: No se sumó inmediatamente a los movimientos independentistas. Claro está, que aquí había detrás tres siglos de trabajo y evangelización hispana, mientras que en África sólo había intereses económicos y casi ninguna tarea cultural y evangelizadora, resultado típico en las colonias inglesas, francesas, belgas y holandesas en todo el mundo. Solo Portugal, con Angola y Mozambique salvó un poco la ropa. Sobre esto el pensamiento, políticamente correcto no dice nada, porque ¿cómo atreverse a condenar y criticar a las fuerzas progresistas y democráticas del “Occidente cristiano” ante los logros culturales de la rémora medieval que son España y Portugal.?


Que Occidente nos deje de hacer el cuento de Occidente, decía por esos días ese gran poeta que fue Ignacio B. Anzoátegui.


Ante semejantes fracasos reiterados con pérdida real de fieles, lo que significa desde el punto de vista profano, pérdida de poder, Juan XXIII llama al Concilio, que no fue dogmático como el de Trento sino pastoral. Esto es, que se va a ocupar de cómo mantener y acrecentar las ovejas. Es un Concilio exclusivamente europeo orientado por teólogos de neto corte iluminista y bajo influencia protestante como la que ejerció Bultmann sobre Rahner y Ratzinger para tomar un ejemplo emblemático. (4)


Simplificando, porque el paño da para muchos cortes, las consecuencias político-culturales del Concilio Vaticano II son dos: Una, que la iglesia invita a los católicos a il aggiornamiento, es decir, poner los relojes en hora con la modernidad en el mismo momento que ésta entró en una crisis decadente y, dos: que la Iglesia se enfeuda en la línea interpretativa del marxismo. Comienza el diálogo de católicos y marxistas, en Nuestra América aparecen primero los curas obreros y luego la Teología de la liberación (5), todo ello para sumarse a los distintos movimientos guerrilleros de neto corte marxista.


El único trabajo serio de evangelización en África fue Biafra que cuando se intentó independizar de Nigeria, Estados Unidos miró para otro lado y no quedó un biafrano vivo (genocidio de 1967 al 70). No es para menos ya que desde el Vaticano II la Iglesia católica era su enemiga porque le hacía el juego al marxismo internacional.


Como consecuencia de este disparate político y del marasmo ideológico y doctrinario la Iglesia comenzó a quedarse vacía. Sus seminarios despoblados, sus conventos abandonados y sus fieles captados a manos llenas desde fines de los 60 por las sectas de origen norteamericano.


En una palabra el Concilio Vaticano II fue un tiro por la culata que le salió a la Iglesia romana.


Recién con la aparición de un Papa venido del Este, que sufrió en carne propia el flagelo del comunismo, la Iglesia comenzó el gran viraje. El entendimiento Reagan-Juan Pablo desembocó en la guerra de las galaxias y la caída del muro de Berlín. La Iglesia abandonó definitivamente su coqueteo con el marxismo que costó miles de feligreses muertos en Nuestra América y ofreció su apoyo crítico al capitalismo.


Deseaba dar esta pequeña respuesta un poco para pinchar ese enorme globo que infló Methol durante una hora y media, y bajar en lo posible a "este mundo terrenal" lleno de intereses contrapuestos”.


En mi opinión la Iglesia ha desarmado en todas sus líneas, desde el fin de la segunda guerra mundial en el 45, aquello que le permitió existir durante dos mil años: ha diluido la relación dialéctica amigo-enemigo entre Ella y la Sinagoga. (6)


La pérdida de la visión sobrenatural de la Iglesia y de una teología de la historia, que es la única que le da sentido a todos estos ataques, hace que el silencio de los obispos muestre su chatura y extravío espiritual. No aprovechar las circunstancias concretas para mostrar al pueblo cristiano la tensión teológica entre la Sinagoga y la Iglesia , no es otra cosa que una actitud vergonzante de un montón de cómodos burgueses que se niegan, explícita y conscientemente a decir la verdad sobre lo que viene ocurriendo en la historia. O por lo menos, decir la verdad católica, de lo que sucede desde hace 2000 años para acá.


Licuar la tensión entre la Sinagoga y la Iglesia, esconder conscientemente la actitud disolvente de los valores cristianos en sociedad, que los judíos vienen realizando desde Cristo para acá, es en boca de un cuerpo colegiado episcopal no sólo un acto de cobardía expresa sino de una ruindad rayana en lo miserable.


Qué temen los obispos? Qué se los declare antisemitas? Hay que esconder o mejor borrar del Evangelio (como en la película de Mel Gibson) el más terrible y horrendo grito de la historia: Crucifícale…. crucifícale (Juan 19,7) de los rabinos, escribas y fariseos al condenar a muerte a Cristo.


Es este el momento inicial de la tensión entre la Sinagoga y la Iglesia que no se resolverá sino al final de la historia con la conversión del pueblo judío. Mientras tanto, los judíos que rechazaron a Cristo y su reino espiritual se aferran a la construcción de un reino material y carnal (7) que los obliga a la consolidación de un poder mundial sin límites, pero con todo, guste o no, como afirmara San Bernardo “Ellos son los signos vivientes que nos recuerdan la Pasión del Salvador”.


La historia profana, se lo quiera reconocer o no, está al servicio de la historia sacra y esto es lo que se ha subvertido en la Iglesia en este último medio siglo de existencia. Cosa que ya había sucedido en la política siglos antes, como observa Carl Schmitt: “todos los conceptos sobresalientes de la moderna teoría del Estado son conceptos teológicos secularizados".(8)


Sobre el sentido de esta dialéctica afirma el más penetrante teólogo argentino: “Con el advenimiento de Cristo toda la dialéctica que agita el mundo se mueve entre los polos Iglesia-Sinagoga. Cristo vence a la Sinagoga. Y a la era de los mártires de los primeros siglos del cristianismo, cuando la Sinagoga azuza al mundo pagano para que torture a los cristianos, no ha de servir sino para regar la simiente cristiana, que, vigorosa, ha de brillar con la Iglesia de los Padres y Doctores, sobre la Sinagoga. El esplendor medieval de la Iglesia ha de reducir a la Sinagoga a la vida de los ghettos. Pero en la edad moderna la Sinagoga se ha de vengar del exilio a que la redujo el mundo cristiano, y la Cábala penetra dentro de la Cristiandad hasta secularizarla y amenazarla con la secularización del mismo cristianismo. Frente a este último fenómeno nos encontramos actualmente. Con la táctica de la amistad y del “diálogo judeo-cristiano”, la Sinagoga está obteniendo un triunfo sobre la Iglesia. Es claro que, en manos de Dios, este triunfo puede trocarse en un triunfo de la Iglesia”.(9)


Los obispos en grado eminente, por la plenitud de su sacerdocio (pueden ordenar nuevos sacerdotes) tienen la obligación de convertir a los judíos. Así los grandes obispos convirtieron a judíos notables, como lo hizo el Papa Pío XII (Eugenio Pacelli) en 1940 con el gran rabino de Roma, bautizado como Eugenio Levy. Pero al mismo tiempo, son ellos los que están obligados a denunciar los males que provocan los judíos en y a los pueblos cristianos.


Y afirmamos que son los obispos, ellos y sólo ellos, (si respetaran la fórmula duos testes habeo et bene pendentes –dos testículos tengo y bien puestos- de su viejo juramento antes de su consagración. El relato es de Giovanni Papini y de Enrique Oliva en nuestro medio) los que están obligados a denunciar la nefasta, por totalitaria, injerencia judía en la vida del pueblo (en nuestro caso del argentino), porque la denominada cuestión judía es, en definitiva, una cuestión teológica. Y los obispos no solo son maestros en teología sino que tienen potestad, poder de aplicación teológica. Por otra parte de nada sirve que cualquier gentil (en lenguaje eclesiástico sería laico) (10) intente resolver el tema pues como lo mostró la novela del rumano Virgil Gheorghiu La Hora veinticinco, cualquier no -judío que hable bien de ellos no le creerán y si habla mal lo demonizan como fascista o nazi, por lo tanto la única salida para el “hombre natural” es la ataraxia griega, la indiferencia o la suspensión del juicio sobre la cuestión. Pero ese “hombre natural” no puede resolver la cuestión sino que la deja en suspenso.


De modo tal que si los obispos no hablan, en tiempo y forma adecuada, la tensión social que genera el poder omnímodo y total de los judíos sobre la sociedad, el Estado y el pueblo, se corre el riesgo que surja como solución la vía pagana, al estilo nacional socialista, buscando la exterminación de los judíos. Que no es ninguna solución, como lo han demostrado para los pueblos cristianos las consecuencias nefastas de la segunda guerra mundial.


Y ello es así, porque la cuestión judía sobre la que los grandes autores hasta 1945 han escrito tratados específicos, así lo hicieron Marx, Sartre, Guardini, Belloc, Sombart, Dumont, etc., no se resuelve ni desde el punto de vista racial, ni cultural, ni económico, ni político, la cuestión es teológica y se resuelve en ese plano o no se resuelve. Y los únicos que están habilitados para ello son los obispos.


Cuando a nosotros desde los púlpitos de nuestras iglesias parroquiales nos quieren hacer creer que “ la Iglesia somos todos”, lo que están haciendo es trasfiriéndonos las culpas y quedándose con los beneficios. Mutatis mutandi como hizo el teólogo Gera conmigo: la culpa no es de los obispos sino del laicado que no se moviliza.


Esto no quiere decir que nosotros pongamos en tela de juicio el Cuerpo místico de Cristo y cosas por el estilo, lo que ponemos en duda es la existencia de la ekklesia como asamblea del pueblo, porque el pueblo en la Iglesia sigue siendo el convidado de piedra, sólo útil para las procesiones.


Esto explica el por qué la Iglesia es gorila en Argentina y escuálida en Venezuela, del PRI en México y conservadora en Colombia.


(*) alberto.buela@gmail.com


NOTAS


(1) La idea de laicado es un invento moderno que nace a mediados del siglo XIX con los pensadores sociales católicos. La Iglesia , salvo la primera, fue siempre de los curas, obispos y mojas. El pueblo llano a “tomar por culo” como dicen tan gráficamente los gallegos.


(2) Mi doble origen existencial, Parque Patricios y Magdalena, al igual que Juan Nadie, el personaje de Miguel D. Etchebarne sobre la vida y la muerte de un compadre, me emparienta aún mucho más con lo más genuino de mi pueblo.


(3) Historiador uruguayo recientemente fallecido que fuera asesor del CELAM(congreso eclesiástico latinoamericano).


(4) Alguien que sabe más que nosotros en estos temas como el Lic. Urbani me hace notar. “Lo de Benedicto tiene una connotación especial puesto que fue el último y definitivo corrector del texto final del Concilio Vaticano II, junto a diez teólogos protestantes. Por ende, de tradicionalista no tiene nada”.


(5) Hay que distinguir entre la teología de la liberación de neto corte marxista (Gutiérrez, Boff,) y la de corte popular, la que intenta recuperar la religiosidad popular (Gera, Scannonne,). Pero pasó a la historia sin pena ni gloria.


(6) Nosotros no invalidamos el Vaticano II como lo hacen los sedevacantistas (ej. C. Disandro) diciendo que como el Papa no es Papa desde Juan XXIII para acá, la sede de Roma está vacante. Esto es un ex abrupto teórico que no hay que tomar ni en cuenta. Nosotros decimos que las consecuencias concretas del Vaticano II han sido nefastas para la Iglesia. (ej. vaciamiento de seminarios, ingreso masivo de gays en los mismos, pérdida del espíritu misional y de pobreza, evaporación de lo sagrado en la liturgia como en la vida sacerdotal, etc.).


(7) La carnalidad judía fue puesta de manifiesto en un imperdible artículo del mayor metafísico argentino, Nimio de Anquín(1896-1979) en Racismo nazi, racismo judío y linaje cristiano (1939): “El judío sin fe - sin la historia teológica- es nada, y el judío actual simboliza el hombre incrédulo. La fe es la acción del hombre por la que entra en relación con un ser, y la fe religiosa está dirigida a lo intemporal, al ser absoluto, a la vida eterna. Y el judío es nada, en el más profundo sentido, porque él en nada cree. La fe es todo en la vida del hombre, la fe en Dios o por lo menos la fe en el propio ateísmo; pero el judío no cree en nada, ni en su propia fe; duda de su duda; es el hombre impío en el más amplio sentido del vocablo; es el hombre irreligioso por excelencia. Este ser infra-humano no es el judío del Antiguo Testamento, el de la tradición profética en que vive como incluida la vocación real y sacerdotal del pueblo elegido. En él no hay ni rastros de fidelidad a la idea de la venerable teocracia. Ha roto deliberadamente su nexo con el grandioso pasado y ha quedado vacío de su historia inigualable que sólo pudo escribirse con el auxilio del brazo de Dios”.


(8) Schmitt, Carl: Teología política, Bs.As. Ed. Struhart, 1985, p. 95,


(9) Meinvielle, Julio: De la Cábala al progresismo, Bs.As., Ed. Epheta, 1994, p. 361


(10) Otra de las consecuencias de mi articulo sobre la sotana blanca es la invitación que me hicieran a dialogar con el P.Lucio Gera uno de los teólogos del concilio y de la liberación latinoamericana que más fama ha acumulado en estos últimos 50 años. Su respuesta ante mis planteos fue sacarse el sayo de encima afirmando que hay que movilizar al laicado. En una palabra que nosotros los laicos nos convirtamos en el personaje de la Hora Veinticinco. Una vez más poniendo el carro delante del caballo.